'Receta de rollos que nunca fallan de Mónica'

Coloque 1 taza de leche con manteca en una cacerola. Revuelva constantemente a fuego medio hasta que la manteca se derrita. No permita que hierva. Retire del fuego y deje enfriar un poco. En un tazón pequeño, disuelva la levadura en agua tibia. Deje reposar hasta que esté cremoso, unos 10 minutos.

Vierta la leche y la margarina en un tazón grande. Agregue la taza restante de leche y la levadura disuelta. En un recipiente aparte, tamice el azúcar, 4 tazas de harina, el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio y la sal. Poco a poco la mezcla de harina a la mezcla de leche, usando un batidor de alambre o una batidora eléctrica. Coloque el recipiente destapado en la estufa. Permita que la masa suba de 2 a 2 1/2 horas hasta que duplique su volumen.

Agregue la 1 1/2 taza de harina restante a la masa y mezcle bien. Voltee la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y divídala por la mitad. Estirar hasta 1/8 de pulgada de espesor. Pincelar con margarina derretida y cortar con cortador de galletas. Dobla cada rollo por la mitad y sumérgelo en margarina derretida, colócalo en bandejas para hornear engrasadas. Para uso inmediato, deje que los rollos suban durante 2 horas o hasta que dupliquen su volumen. Refrigere o congele los rollos si no planea usarlos inmediatamente.

Precaliente el horno a 425 grados F (220 grados C).

Hornee en un horno precalentado durante 15 a 20 minutos hasta que estén dorados. Cuando use rollos congelados, retírelos del congelador al menos 4 horas antes de servir. Cuando use panecillos refrigerados, espere 3 horas para que crezcan.